20 octubre, 2012

El arte de cocinar bien

No se cocinan platos 5 estrellas a la primera. No se aprende a caminar al primer paso. Todo requiere un esfuerzo, una progresión, y por fin, en el último suspiro, cuando pensamos que parece imposible, lo conseguimos. Saboreamos un coulant de chocolate que se nos deshace en la boca; se nos caen las lagrimas sólo con saborearlo y, finalmente, tragamos un pedacito al compás del dedo que recorre, muy despacio, nuestro dorso desnudo.

El arte de cocinar bien. El arte de aprender y volver a empezar. Tiempo y experiencia. ¿Quién dijo que el primer amor sería para siempre? ¿Quién dijo que el primer huevo frito tendría la yema a punto de estallar? Los días, los meses, los años, nos hacen madurar, nos hacen observar con los mismos ojos pero de manera distinta, nos permiten perfeccionar nuestros platos. No es lo mismo cocer la pasta con la tapa puesta que sin ella. No es lo mismo bajar las escaleras de una en una que de dos en dos.

Gracias al arte de cocinar bien, sabemos que para hacer un buen gin-tonic hay que dejar que el aroma del limón impregne la copa, sabemos que el complemento de Hendrick's es el pepino y el de Mombasa es la lima.
Gracias al arte de apreciar la vida, sabemos que los besos entre sonrisas, las acaricias entre susurros y la mirada de deseo entre la de lujuria, son lo que nos unió.